Sensaciones
Cádiz ciudad entre dos aguas, de calles melancólicas y decadentes. Fachadas enfermas que pierden a trozos su cuerpo y color; con vias que acogen patios antiguos y maltrechos, aún pese a todo, son interiores llenos de vida gracias al latir de sus gentes. Que el fantasma del encanto continúe de procesión por sus calles y plazas; de esta la Cádiz que yo he conocido.
¡Que bueno el pescaito frito de la Tacita de plata!
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